Me fui de paseo para Italia! Qué cosa tan espectacular! Comí delicioso, estuve en lugares increíbles y recargué baterías para el año que viene… Como viajamos a finales de Noviembre, cuando normalmente (¡y si no fuera por el calentamiento global!) ya ha empezado el invierno, no quisimos irnos muy al norte para que no nos tocara aguantar frío, ni tampoco muy al sur porque todos los pueblitos costeros (que son súper pintorescos en verano) están prácticamente cerrados en invierno. Escogimos ir a Roma, que es la “ciudad eterna” y a Florencia y la Toscana donde el frío es soportable.
Roma
Las primeras dos noches nos quedamos en un apartamento espectacular que alquilamos por Airbnb en plena “Via del Corso”, una de las calles principales del casco antiguo. La ubicación es espectacular, en el centro de todo. Las últimas dos noches nos quedamos en Tree Charme, en el barrio Trastevere (al otro lado del río Tevere o Tíber), porque queríamos tener la experiencia de vivir en un barrio menos turístico.
Nos pasamos los días caminando por la ciudad (preferimos caminar que coger un taxi o el metro), visitando los lugares turísticos principales.
Me pareció genial la idea de visitar los monumentos de día y de noche; de día se sienten mucho más turísticos porque están llenos de gente, pero de noche se sienten más reales, totalmente integrados a la vida de la ciudad.
Una nota con relación a las iglesias: ¡hay más de 900 iglesias en Roma! Prácticamente una en cada esquina, entonces escogimos visitar nada más dos: la Iglesia de Sant’ Ignacio di Loyola en el barrio Campo Marzio que tiene un fresco espectacular en el techo, y la iglesia San Luigi dei Francesi que tiene tres pinturas muy famosas de Caravaggio.
Hicimos la visita obligada a los Museos Vaticanos. Tomamos un tour con “Walks of Italy” que nos pareció realmente bueno pero un poco largo.
Fuimos también al Palazzo Barberini, un museo pequeño lleno de tesoros que no está dentro del itinerario turístico típico.
Además de caminar, lo otro que hicimos fue comer. Siempre tratamos de elegir lugares alejados de los sitios turísticos en donde coman los locales. Estos son mis recomendados:
- Fata Morgana (varios locales alrededor de la ciudad… ¡los visitamos todos!): mejor gelato del MUNDO!!! Aprendimos que para distinguir el gelato de verdad a base de ingredientes naturales del “gelato” artificial a base de ingredientes químicos hay que fijarse en dos factores (1) la textura: el gelato real no es tan esponjoso y apenas sobresale del recipiente, mientras que al gelato artificial lo ofrecen literalmente en unas torres; y (2) el color de los sabores menta, banano, y pistacho: los gelatos de verdad tiene los colores que los ingredientes naturalmente tienen, mientras que el gelato de mentiras viene en colores psicodélicos porque tiene colorantes. Fata Morgana solo vende gelatos de verdad, en las combinaciones más espectaculares (piña/jengibre, banano/limón, frutos del bosque…) ¡y tiene conos sin gluten (gluten-free)! (yo soy intolerante al gluten entonces esto es un súper plus).
- Enoteca Tánto era tanto antico (Piazza San Cosimato, 70): espectacular el ambiente y los jamones.
- Ciampini (Piazza di S. Lorenzo in Lucina, 29): vale la pena sentarse a tomarse un café o un drink simplemente por el lugar.
- Il Tino di Vino: Una salumería en serio. Compramos carnes frías y quesos y nos los comimos en las escalinatas de la Fontana di Trevi.
- L’osteria de “memo” I Santonri (Via dei Soldati 22 – 23): el lugar más auténtico al que fuimos; éramos los únicos turistas en un restaurante completamente repleto de familias italianas. Lo mejor, el antipasto mixto y las costillitas de cordero.
- La Boccaccia (varios locales alrededor de la ciudad): pizza por tajada. Yo no pude comer porque no tenían opción sin gluten pero mis amigos no podían creer la delicia. ¡Además baratísima!
- Due Colonne (Via dei Serpenti, 91): perfecto lugar para almorzar. Sin muchas pretensiones pero buen servicio y buena comida.
- La Casa del Caffé Tazza D’oro (Via degli Orfani, 84): Clásico lugar de café.
- Osteria delle Copelle (Piazza delle Coppelle, 55/56/57): cocteles y aperitivos deliciosos; queda en una placita escondida y tiene lugar para sentarse afuera.
- Taverna Trilussa (Via del Politeama, 23-25): Literalmente lloré comiéndome una pasta (sin gluten) “cacio e pepe”… ¡así de espectacular estaba!
Florencia
El trayecto de Roma a Florencia lo hicimos en un tren rápido. Toma un poco más de una hora y es súper cómodo. Los tiquetes se pueden comprar en la estación o por internet.
El paso por Florencia fue un poco relámpago. Nos quedamos en Palazzo Alferi, un hotel con unas habitaciones preciosas (¡la nuestra tenía un fresco en el techo!) y un desayuno delicioso.
Fuimos a todos los lugares turísticos caminando, pero no entramos a ninguno de los museos porque era Lunes y estaban cerrados.
Los destacados de Florencia fueron:
- Trattoria Marione (Via della Spada, 27): deliciosa la comida, súper auténtico el lugar.
- Luciano (Via Por Santa Maria, 10): la tienda de guantes de cuero más hermosa que se puedan imaginar. ¡Impecable servicio! Se quedaron con buena parte de mi presupuesto para compras… “Hay” que tener guantes de varios colores y ¡no pude controlarme!
- Starbene (http://www.starbenesenzaglutine.it/): panadería y repostería sin gluten. El PARAÍSO! Me comí un croissant por primera vez de 7 años!
Siena
Alquilamos un carro y manejamos de Florencia a Siena. La Toscana es preciosa pero el trayecto de Florencia a Siena tiene muchas curvas y me dio un mareo terrible. Recomiendo tomar la autopista que obviamente es menos pintoresca, pero el estómago sufre menos.
Siena es una ciudad medieval y no se puede entrar en carro. Nos quedamos en el B&B Il Corso, a pasos de la plaza Il Campo, y de la recepción nos dieron instrucciones para que alguien nos buscara fuera de la muralla y nos entrara a la ciudad.
Amamos Siena. Mi momento favorito del paseo fue sentarme a tomar el sol mañanero en Il Campo y ver a la gente pasear. La catedral también es de ensueño.
Mis recomendados en Siena son:
- Ristorante la Taberna del Capitano (Via del Capitano, 6/8): buenísimo servicio, deliciosa la comida.
- Antica Pizzicheria Chingiana (Via di Cittá, 93/95): una salumería auténtica; más auténtica imposible.
- Bianchi Stampe e Cornici (Via di Cittá, 112): almacén de litografías, grabados y afiches preciosos.
Montalcino
Montalcino es mundialmente conocido por sus vinos (tiene más de 250 viñedos en sus alrededores) y es el típico pueblo toscano.
Nos quedamos en Drogheria y Locanda Franci, un hotel de apenas tres habitaciones, cada una divinamente decorada, en el segundo piso de una tienda de vinos/restaurante.
No somos grandes conocedores del vino, pero disfrutamos mucho la visita y la cata de vinos en Casanova de Neri, uno de los viñedos de la región.
Recorrimos el pueblo varias veces caminando. El clima estaba lluvioso y nublado y el aire se sentía fresco; olía a campo. Realmente un ambiente totalmente mágico. Éramos prácticamente los únicos turistas porque la temporada alta acaba a comienzos de noviembre. Había apenas un par de restaurantes abiertos pero no importó. Todo lo que estaba abierto fue espectacular.
Mis recomendados:
- Alle Logge di Piazza (Piazza del Popolo, 1): la mejor pasta que me comí en todo el paseo. Un negocio familiar donde la chef es la mítica “nonna” (¡la abuela!)
- Caffé Enoteca Il Leccio (Costa Del Municipio, 10/12): cafecito divino.
Montepulciano
En Montepulciano pasamos nada más una tarde. Caminamos colina arriba por todas las callecitas principales. Absolutamente precioso, pero realmente la parada valió la pena porque almorzamos en L’Oste e L’Ostessa/Osteria Acquacheta (Via del Teatro, 22). Fue la comida más espectacular de todo el paseo. Un restaurante absolutamente sin pretensiones pero con la mejor comida del Planeta.
¡Un paseo inolvidable! Cuando paso tan rico siempre tengo la tentación de volver pero el mundo es tan grande y tan bello que hay que resistirse y aventurarse a otro destino.
¡Viajar es la mejor forma de celebrar!
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